6 de abril de 2025 – Cahuita – El viaje desde San José se nos hizo un poco largo. Salimos de San José, la capital a las 10:00 de la mañana. El bus fue cómodo, no tanto por el conductor, a 110 km/h consultando ofertas comerciales en el celular. Los paisajes vistos en el descenso desde el valle central fueron selva y ríos no muy grandes pero caudalosos. Ya en tierras caribeñas, palmas, piñas en cantidad. 13:30 en Cahuita. Simpático pueblito. La cabaña reservada (aquí se llama cabina) está bien decorada y equipada. Sobre pilotes, la selva es húmeda. Mónica es la anfitriona, es suiza. Supermercado: cervezas, frutas y cosas para el desayuno. 17:30 ¿Merienda o cena? en el restaurante «Rincón del Amor». Camarones gigantescos con arroz, Gloria pasta con camarones gigantescos. Buenísimo todo.

7 de abril de 2025 – Parque nacional Cahuita – Merece la fama que tiene. Entrada con donación. Donamos USD 2,00, es decir 1000 colones. Es una punta entre dos bahías. Selva a más no poder. Vimos coatíes, un ignorito * (a falta de su nombre correcto, algo como un capivara pequeño), monos araña, cangrejos ermitaños, lagartijas varias. Aparece un río, en la entrada del parque afirmaron que pasaríamos con el agua al pecho. Cruzamos, y el agua nos dió hasta la cintura. Los indecisos llegados algo después aplaudieron, fuimos sus héroes. No les confesamos que habíamos arribado luego de una parejita gringa, ya cruzada y ya fuera de la vista, y que sabíamos del nulo riesgo de nuestro «audaz» comportamiento. El resto del sendero hasta la punta Cahuita, similar, con menos fauna. En la punta, familias de monos: madre e hijo en el lomo. El resto del sendero, hasta rodear la punta y llegar a Puerto Vargas, que no es un puerto, sino la otra entrada del parque, ya con poca selva, grandes depósitos de corales en la orilla, en la playa. Uno que se creía gracioso intentó vendernos el regreso. Hasta ahora la única persona desagradable que hemos encontrado en este país amable y sonriente. «Pura vida», como dicen aquí. El bus público llego junto con nosotros a la parada. USD 1,10 por persona, y en minutos volvimos a Cahuita. Descanso e hidratación con malta fermentada «Imperial» que es la más popular cerveza por aquí.
* Investigado el «ignorito» parece ser un guaqueque (Dasyprocta punctata)

8 de abril de 2025 – Puerto Viejo de Talamanca y Cahuita – En este día, hace varios siglos, el mundo recibió un nuevo habitante, el autor de estas tonteras. Los monos aulladores y los pajarracos comenzaron con su batifondo, y hubo que levantarse. Son las siete y estamos desayunados y todo eso que uno hace por las mañanas. De todas formas, en este viaje, acostumbramos cenar antes de las 19:00 y no mucho después nos dormimos. Hábitos que no le deben interesar a nadie. Hoy luego de la espera en la puerta del banco (hacen pasar casi de a uno) por cambio de moneda partimos en el bus público a Puerto Viejo. Simpático pueblo donde por la mañana cuesta muchísimo encontrar algo abierto para tomar y comer alguna cosita. Ropa y souvenires, si. Debe ser un pueblo de fiesta, no llegamos para eso. Imaginaos a los viajerontes de fiesta reggae y fumata. Así que después de unos sandwiches y juguitos nos volvimos a Cahuita, donde un bar de Playa Negra nos hidrató adecuadamente. O seja, cerveja. La playa Negra tiene como sugiere su nombre arenas muy negras. Es larga y bonita. Mañana, Tortuguero, caribe norte de Costa Rica. ¡Pura Vida!