29 de septiembre de 2012 – Çanakkale – Como Ayvalik no nos interesó mucho, nos mudamos a esta tranquila ciudad estudiantil, a orillas del estrecho de Dardánelos. La ciudad se llama Çanakkale, y como la ce cedilla se pronuncia como nuestra ch castellana, hay que decir «Chanákale» llenándose, ademas, la boca con la «L».
Encontramos rápidamente una pansiyon (hotel) a nuestro gusto y presupuesto, con la ayuda de una buena señora que pasaba. A escasos pasos de la torre del reloj. Acomodamos las valijas en nuestra habitación un tanto extraña pero confortable de la Yellow Rose Pansiyon, y nos largamos a pasear por la costa. Lindo puerto, marina para embarcaciones deportivas, espigón de pesca, Y también el famoso caballo de Troya. El que se usó en la película, claro. Un museo naval, que recuerda las batallas libradas en la primera guerra mundial en la península de Gallipolli, aquí enfrente de la ciudad. Hemos decidido no visitar el emplazamiento de la ciudad de Troya, por razones de tiempo, y porque sabemos que aún con un guía es difícil entender lo poco que se vé.
30 de septiembre de 2012 – Canakkale, y Gökçeada – Se acabó el mes, y a nuestro viaje le quedan cuatro días efectivos. El 5 de octubre, a tomar el avión. Pero no importa, hoy hemos aprovechado el día, con un paseo a Gökçeada, isla montañosa. Una de las dos únicas que Turquía posee en el Egeo. Las demás son griegas. Primero tomamos un minibus a la otogar, allí no era. Vuelta al centro. La gente que no sabe no debería aconsejar a los turistas. Encima por estos pagos el inglés escasea, y es más básico que el mío. Ahora sí, ferry a Eceavat. Bus a Katabepe, atravesando la península de Gallipoli, que en esta zona tiene apenas ocho kilómetros de ancho. Ferry a la isla, una hora de mar, algo movido, el ferry rolaba bastante. Bus al centro, si es que merece el nombre. Otro minibus a Kalekoy, ahí nomás, bonito puerto, pequeño. Calamares fritos. Regreso a Sahir Merkezy, que es como se dice centro en turco, creo. Complicado. Segundo almuerzo, gözleme con ayran. Paseo entre las casitas de piedra, recuerdo de los griegos que habitaban en la isla. Confitería. A las cuatro de la tarde, minibús a Kuzu Limani. Limani es un puerto, y havalimani un aeropuerto. Otra vez una hora de ferry. El minibús, y el cobrador que se hace el distraído con el vuelto, nada nuevo, pero cansa reclamar. Otra vez en Eceavat, y veinte minutos para el cruce del estrecho de Dardánelos por segunda vez. Y aquí estamos en nuestra pansiyon Yellow Rose Pansiyon. Gloria está reclamando que quiere comer kumpir, así que no molesto más con este bodrio. Mañana: Istanbul, ya tenemos iki bilet, o sea los dos pasajes. El kumpir es un fast food turco delicioso, que se hace con una papa cocida y ahuecada, rellena a elección del interesado. Mañana tomaremos el bus a Estambul, y, como dicen los prospectos de viajes, fin del recorrido