18 de septiembre de 2017 – Trieste y Piran – Con la buena información recibida ayer en la oficina de turismo de Piran, Eslovenia hoy tomamos el bus a Koper, cuyo nombre italiano es Capodistria. La distancia es poca, no sé si treinta kilómetros, pero el autobús es local, entra a cuanto pueblo encuentra en el camino, con lo que emplea 45 minutos en llegar a Koper. No está mal, porque es un recorrido turístico muy bueno, y así conocimos Izola, desde la ventanilla del bus. Izola es muy náutico, me deleité viendo veleros. De Koper a Trieste viajamos en otro bus, casi todo el trayecto por autopista, fue bastante breve. A las once bajamos en el galpón refuncionalizado que es la terminal de Trieste. La estación de autobuses de Trieste es triste, obscura. Caminamos hacia el centro. Al llegar al Canal Grande, que no es muy grande, doblamos dejando el mar a nuestras espaldas. Paseamos por calles y peatonales, que recuerdan a Viena. Nos agradaron las calles y peatonales de Trieste, con gentes sin apuro, y bonitos edificios. Cuando nos dió hambre, comimos unos poderosos panini, que no recuerdan a Viena, que sólo exhibe en esa materia los hot-dogs, o como se llamen en alemán. Siguiendo el vagar sin rumbo, llegamos a la grande Plaza de la Unidad Italiana, con su fuente. Ya que encontramos la oficina de información turística en uno de los laterales, nos agenciamos un «free map» y allá partimos hacia el Castello di San Giusto. En el camino nos tropezamos con el anfiteatro romano, y sus ruinas escasas, y a los piés del castillo volvimos a tropezar, esta vez con el Foro Romano, del que casi nada queda. El castillo estaba cerrado, los museos tienen la costumbre de cerrar los lunes, y nosotros tenemos la costumbre de ignorar que es lunes, o martes, o lo que sea. Asi que a la carrera pusimos proa al centro. En la bajada por las escaleras de Via Batttaglia, vimos la Tor Cucherna, único resto de las murallas de la ciudad, pasamos por el teatro romano de nuevo, y al trote sin pausa y acalorados alcanzamos a tomar el anteúltimo bus a Koper. Otra vez en Piran, hemos descansado y preparado los bártulos, pues mañana nos vamos a Ljubljana, que, como todo el mundo ¿sabe? es la capital de Eslovenia.